MASONERÍA AL DÍA / Iniciación del Gran Maestro David Benavente Sepúlveda

Columna de opinión

Iniciación del Gran Maestro  David Benavente Sepúlveda

Patricio Bustos Pizarro

Venerable Maestro

Respetable Logia Justicia y Libertad N° 5


Uno de los fundadores de la Europa actual, el político, banquero y hombre de negocios francés, Jean Monnet, en alguna oportunidad sostuvo que: “Los hombres pasan, las instituciones quedan”. 

Es muy cierto. Toda institución recibe el influjo y la energía creadora y transformadora de sus liderazgos para convertirlas en herramientas útiles para alcanzar sus ideales y propósitos en los espacios en los que surgen, se desarrollan y proyectan en el tiempo.

Con cierta recurrencia también se escucha decir que los liderazgos pasan y que las instituciones perduran en sus finalidades, como una forma de afirmar que lo más importante siempre será la institución. Sin embargo, algunos de esos liderazgos suelen marcar de tal forma a las instituciones que sus influjos terminan definiendo su perfil y su carácter, perdurando indeleblemente en el tiempo.

Como sabemos, hay liderazgos que pasan inadvertidos, algunos con grandilocuencias y estridencias se hacen notar, otros se dedican simplemente a administrar. Pero están aquellos que con trabajo, perseverancia, entrega, modestia y humildad marcan con su ejemplo a generaciones completas, dejando huellas indelebles en el tiempo. 

Se trata de aquellos liderazgos que se retiran en silencio, rechazan los reconocimientos, evitan las ostentaciones y en la intimidad de sus entornos culturales y sociales continúan aportando con sus ideas y recursos a mejorar las condiciones de vida de los más postergados y excluidos; en el silencioso obrar de aquellos que no esperan nada a cambio. Esos liderazgos son motivados solo por el deseo altruista de colaborar y de retribuir a otros lo que en su momento ellos recibieron.

David Benavente Sepúlveda fue uno de esos liderazgos que en la Masonería chilena hizo de la modestia, la humildad y la entrega desinteresada un modo de vida.

Un 17 de diciembre de 1863 nació en la actual comuna de Ninhue, de la Región de Ñuble, en el seno de una humilde familia campesina, siendo su joven madre hija de unos obreros de la hacienda en la que vivían y trabajaban.

De pequeño destacó por su inteligencia y sensibilidad por los temas sociales. Culminó con éxito sus estudios en la escuela local y con posterioridad se trasladó a Concepción para finalizar su  formación. Continuó sus estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en la que sobresalió por su inteligencia, por su capacidad de estudio, de trabajo y por la responsabilidad con la que asumía todas sus labores. A los 25 años se tituló con la más alta distinción; cuestión que significó que el Decano de la Facultad lo enviara a estudiar a Europa, junto a otros destacados jóvenes médicos chilenos. En Alemania estudio Anatomía Humana y de regreso a Chile Embriología.

Como médico desarrolló una brillante carrera, al mismo tiempo que en el ámbito académico contribuyó a formar a numerosas generaciones de médicos para el país. Se desempeñó en el Hospital del Salvador. Fue Presidente de la Sociedad Médica de Chile y Director de la Revista Médica de Chile. Alcanzó gran prestigio nacional y latinoamericano. Pero además, fue una persona generosa que se entregó a la profesión para servir a los demás; particularmente a la gente más humilde.


Fue el primer médico cirujano en Chile que realizó trepanaciones de cráneo. Es considerado uno de los precursores de la neurología en el país. En el año 1945 la Sociedad de Cirugía de Chile lo nombró Maestro de la Cirugía Chilena. Fue el primer médico distinguido por la Sociedad de Cirujanos que destacó a uno de los suyos por el servicio profesional prestado a la cirugía.

En el año 2013, en la Revista Chilena de Cirugía, el Dr. Manuel Grez Ibáñez dijo de David Benavente Sepúlveda que “fue un médico sabio, generoso, modesto que ejerció la medicina con entrega ilimitada sin discriminar en su clientela a los más pobres y desposeídos y sin buscar retribución económica, llegando a ser un sabio solitario que vivió sus ideales de libertad y fraternidad con admirable consecuencia”.

En su vida conjugó la práctica de la su formación profesional en la medicina con los ideales, principios y valores universales que promueve la Masonería. 

Efectivamente, a la edad de 26 años recibió la luz masónica el martes 12 de noviembre de 1889 en la Respetable Logia Justicia y Libertad N° 5; Taller en el que permaneció por 23 años, para luego formar parte de los Ilustres Hermanos de esta más que centenaria Logia que concurrieron a levantar nuevamente las Columnas de la Respetable Logia Unión Fraternal N° 1, en septiembre de 1912.

Sus capacidades y su trabajo destacaron de inmediato entre los iniciados. Con el tiempo asumió responsabilidades en el Taller, y por sus dotes y habilidades pedagógicas y docentes, fue electo Primer Gran Vigilante en dos oportunidades (Periodos 1906-1912 y 1912-1915). Además, se incorporó a la Comisión Organizadora del Primer Convento Masónico Nacional realizado en el año 1912. Fue miembro del Consejo del Gran Maestro por el periodo 1924-1927. En mayo de 1932 fue designado como Gran Dignatario de Honor de la Orden.

En un contexto histórico de tensiones y conflictos políticos y sociales en el país, el 25 de septiembre de 1932, fue elegido Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, por los integrantes de la Asamblea convocada para tales efectos. Fue reelegido en el año 1933 y un 24 de junio de 1935 entregó el cargo al Gran Maestro Adjunto, Fidel Muñoz Rodríguez, y se retiró de la Orden en forma silenciosa, después de 46 años, para volver su natal Ninhue y contribuir a llevar ayuda espiritual y material a los habitantes más pobres de la comuna. Murió el miércoles 16 de febrero de 1949, a los 85 años, 13 años después de alejarse de la Orden, y en su entierro estuvo acompañado solo por sus amigos más humildes, tal cual lo había solicitado expresamente. 

Como Gran Maestro centró sus esfuerzos en poner orden a las finanzas de la Gran Logia. Se preocupó especialmente por la solidaridad y la fraternidad entre los Hermanos reglamentando el funcionamiento del Fondo de Solidaridad. Desarrolló y propició diversas iniciativas en favor de los masones perseguidos y protestó enérgicamente por tales persecuciones. Se preocupó especialmente por el comportamiento de los Hermanos y dictó un Código de Conducta Masónica para el Departamento de Acción Masónica. Además, fue un visionario al comprender la necesidad de la Orden de intensificar y ampliar las relaciones con otras obediencias masónicas presentes en todos los continentes.

El 12 de noviembre de 2023 se cumplieron 134 años desde la iniciación del Gran Maestro, David Benavente Sepúlveda, y la Logia en que recibió la luz lo recordó como uno de esos líderes egregios que dejan huella profunda en la historia de toda institución.

El Venerable Maestro de la Respetable Logia Justicia y Libertad N° 5, Patricio Bustos Pizarro, lo recordó señalando que “Nuestro QH:. David Benavente Sepúlveda no solo fue una destacada figura y excelsa autoridad de la Orden. En el comportamiento y en la conducta intachable de nuestro Ex Gran Maestro confluyen todos los principios y los valores que la Orden busca encarnar en quienes se inician en sus prácticas y doctrinas. Fue un masón ejemplar que hizo de la modestia, la humildad y la generosidad un modo de vida. Constituye un ejemplo de simplicidad, de prudencia y de sabiduría y pese al tiempo transcurrido aún continúa ejerciendo su influjo en las generaciones actuales de masones”.