Columna de opinión
El masón Manuel Blanco Encalada
Manuel Romo –Director de Investigación Histórica de GLCH
Manuel Blanco Encalada fue capturado por tropas españolas tras el desastre de Rancagua, en 1814, cuando intentaba cruzar la cordillera de Los Andes buscando refugio en territorio argentino. Tenido por desertor de las fuerzas españolas, se le iba a condenar a la pena de muerte, cuando, según dice Benjamín Vicuña Mackenna, se le habría perdonado la vida al ser reconocido como masón por hermanos del ejército realista. En sustitución de esa condena, se le envió prisionero a Juan Fernández, donde permaneció hasta marzo de 1817, cuando fue rescatado junto a otros patriotas que permanecían en cautiverio.
De regreso en Santiago, fue incorporado a la Logia Lautarina, entidad que había llegado a Chile con el Ejército Libertador, dirigida por José de San Martín y Bernardo O’Higgins.
A mediados de 1818 fue nombrado comandante general de la marina y jefe de la escuadra, obteniendo un triunfo al capturar la fragata “María Isabel” y cuatro naves españolas provenientes de Cádiz. Al año siguiente, en calidad de segundo jefe, participó en la campaña del Pacífico y, en 1822, se unió a las fuerzas que liberarían al Perú. Tomó el mando de la marina de guerra peruana, puesto en el que permaneció hasta 1823, cuando, con rango de Vicealmirante, se le nombró ministro plenipotenciario del Perú cerca de las provincias argentinas. Viajó a Chile en 1824, incorporándose al ejército y tomando, más tarde, bajo su mando una división naval para ir en ayuda del Perú, correspondiéndole bloquear El Callao en 1825.
Tras su exitosa campaña en Chiloé, en julio de 1826 fue elegido presidente de Chile, cargo en el que estuvo hasta el 9 de septiembre y renunció.
Meses más tarde, recibió del capítulo “Regeneración Peruana”, grado XVIII, el encargo de organizar una Logia simbólica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en Santiago.
En el acta de fundación de la Logia “Filantropía Chilena”, del 15 de marzo de 1827, el querido hermano Manuel Blanco Encalada proporcionó información masónica relevante sobre su fervor masónico:
“Por cuanto el Supremo Consejo de Rosacruces Regeneración al Oriente de Lima al conferirnos este sublime grado de la alta masonería nos encargó que procurásemos levantar columnas y edificar templos en el territorio de la República de Chile y deseosos de que esta institución tan benéfica a los hombres y a la sociedad sea conocida en este país de un modo regular, usando de las facultades de que estamos autorizados hemos reunido a los hermanos regulares dispersos, elevado a algunos y regularizados otros, y con su ayuda y asistencia hemos instalado la Logia Simbólica denominada la Filantropía Chilena, según el Rito Antiguo Escocés bajo el patrocinio de San Juan Bautista consagrándola a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo y poniéndola bajo los auspicios del Gran Oriente Norcolombiano, al Oriente de Santiago de Chile, en un lugar cubierto donde reina la paz, la alegría y la fraternidad […]”.
Los masones que le acompañaron para formar la Logia “Filantropía Chilena” fueron, en primer lugar, aquellos que habían actuado como sus ministros o subsecretarios cuando ocupó la presidencia de Chile: Primer Vigilante Manuel José Gandarillas, Segundo Vigilante Manuel Rengifo, Orador Tomás Obejero, Secretario Juan Francisco de Zegers y Tesorero Ventura Blanco Encalada.
Los demás integrantes eran Ángel Argüelles (Experto), Vicente Tur, Francisco Doursther, Victorino Garrido, José Manuel Gómez de Silva, Jorge Lion, Carlos Renard, José Domingo de Otaegui y Mariano Álvarez.
Se desconoce la labor que pudo desarrollar esta Logia, aunque es probable que desapareciera al poco tiempo, como consecuencia de la salida del país de algunos de sus integrantes.
Como fuese - y haya sido por su pertenencia a la Logia Lautarina, su participación en logias limeñas o su rol como Venerable Maestro de Filantropía Chilena - la condición de masón del querido hermano Manuel Blanco Encalada era de público conocimiento en Santiago.
Solo así se explica que Benjamín Vicuña Mackenna, en el artículo que escribiera al morir Blanco Encalada, luego de relatar el apresamiento de este en 1814, dijera: “Los oficiales de Talavera, Villalta y Butrón, camaradas de Blanco en España y masones, sin duda, como el último, influyeron en esta resolución del tribunal militar”.
El querido hermano Manuel Blanco Encalada recibe el homenaje de la patria en el Mes de las Glorias Navales, y el de la Masonería, como masón distinguido y abnegado.