Solemne conmemoración del Bote Salvavidas de Valparaíso une tradición, masonería y memoria
Un siglo de vida al servicio de la comunidad, el Cuerpo de Voluntarios del Bote Salvavidas de Valparaíso conmemoró su aniversario número 100 con una solemne vigilia, marcada por la tristeza del fallecimiento de su presidente, el hermano Luis Cortés Bosch, quien fue iniciado en la Logia Marina N° 82 de Valparaíso.
“La vigilia es una ceremonia que realiza la institución donde todos nuestros voluntarios se reúnen y esperamos a que sean las 12, dando inicio a nuestro día de aniversario”, explicó Gerardo Fernández, vicepresidente de la organización. “Este año todas nuestras ceremonias tienen una solemnidad, por respeto a él y su familia”.
Durante la jornada, que contó con la participación del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso —compañías 1ª, 2ª y 10ª— y un encuentro fraternal entre voluntarios, se hicieron presentes autoridades civiles y del mundo marítimo.
Destacó la asistencia del Gran Orador de la Gran Logia de Chile, Rubén Leal, en representación del Gran Maestro Sebastián Jans Pérez, la alcaldesa de Valparaíso, Camila Nieto, el Gran Bibliotecario Nabor Urzúa, entre autoridades masónicas y representantes de diversas logias de la zona y del mundo marítimo y voluntariado de Valparaíso.
En su intervención, el Gran Orador destacó los profundos lazos que han unido a la Masonería chilena con esta centenaria institución de salvataje: “El Cuerpo de Voluntarios de Botes Salvavidas de Valparaíso lleva consigo valores humanistas, recuerdos, aventuras, y especialmente nos muestra el espíritu de quienes han confiado en su fortaleza para surcar las aguas”, afirmó Leal.
Asimismo, rindió homenaje a los fundadores de la institución, entre ellos Oluf Christiansen —quien fue iniciado en la Logia Cruz del Sur N°16 y miembro activo en las logias Bethesda y Marina N° 82 y Alberto Chodowiecki, miembro de la Logia Germania N° 8, quien desde su compromiso masónico impulsó la “Unión Masónica para la Propagación del Salvamento de Vidas en Mar y Tierra”, logrando el apoyo de 18 logias para financiar las primeras acciones de rescate. “La historia del Bote Salvavidas es también la historia de la Masonería chilena, que desde sus orígenes ha estado presente en obras de carácter filantrópico, social y profundamente humano”, subrayó el Gran Orador.
En esa misma línea, la Gran Logia de Chile, a través de su Área Patrimonial y en alianza con el Museo Marítimo Nacional, impulsó una exposición conmemorativa para relevar el valor histórico de esta institución y visibilizar el legado que comparte con la Orden.
La ceremonia de los 100 años, marcada por la solemnidad y el espíritu fraterno, dio cuenta no solo del compromiso de los “bomberos del mar”, sino también de una historia compartida con la Masonería chilena. Una historia de servicio, filantropía y memoria que sigue navegando hacia el porvenir.