Hace unos días, el Gran Maestro Sebastián Jans Pérez visitó a los hermanos de dos Logias que se caracterizan por el esfuerzo y la tenacidad de sus miembros. Ambas cuentan ya con 80 años de existencia y sus nombres evidencian el propósito que animó a los hermanos fundadores y que legaron a quienes continúan trabajando en ellas.

La primera visita la hizo a la Logia “Constancia”, de Puerto Aysén, cuya historia es digna de su denominación, pues haciendo frente a todas las dificultades que se le presentaron en su transcurrir histórico, sigue manifestando su presencia en la ciudad y en la región. Debió vivir tiempos duros, cuando la ciudad dejó de ser la capital provincial, lo que provocó la disminución de sus miembros, hasta tener que abatir sus históricas columnas. Sin embargo, su sencillo, pero hermoso templo, con cielo de madera, permaneció durante ese paréntesis a la espera de los hermanos que, doce año más tarde, recuperarían su actividad logial.

Hoy, la Logia reúne a masones de Puerto Aysén, Coyhaique y Puerto Cisnes, quienes se desplazan en condiciones muchas veces de riesgo, por caminos entre montañas cordilleranas, para cumplir con sus deberes masónicos.

La visita del Gran Maestro a la Logia “Constancia”, la primera de un jefe de la Orden en toda su existencia, constituyó un aliciente para todos los hermanos, quienes compartieron no solo los trabajos de esa noche, sino también un fraterno ágape con productos de la región, donde la Logia expresó su orgullo y tradiciones.

Pocos días después, el Gran Maestro llegó a celebrar el Octogésimo Aniversario de la Logia “Unión y Esfuerzo” de Tocopilla, poseedora de uno de los templos más hermosos de Chile, de estilo griego clásico, cuya escalinata de acceso está flanqueada por siete columnas a cada costado.

Al norte de Antofagasta, a casi 190 kilómetros, entre el mar y los farellones de la Cordillera de la Costa, la ciudad de Tocopilla parece estar por caerse al mar. Allí, a un peñón al sur de la calle 21 de Mayo se adhirió la casa masónica, para convertirse en una edificación referencial de la ciudad, con su solemne imagen que sorprende a quienes llegan a visitarla.

En sus amplias salas trabajan masones de la ciudad y del interior de la provincia, entre quienes se cuentan algunos que fueron miembros de una Logia de la localidad de María Elena, desaparecida cuando la producción salitrera declinó irreversiblemente.

La historia y denominación de la Logia “Unión y Esfuerzo” dan cuenta de la convicción y perseverancia masónica de sus miembros, que siguen trabajando para contribuir al ideal de una Humanidad mejor.