MASONERÍA AL DÍA / Luis Pardo Villalón: el héroe masón que desafió los hielos antárticos

Luis Pardo Villalón: el héroe masón que desafió los hielos antárticos

Viernes 21 Febrero, 2025 | 11:55

Este 21 de febrero se conmemoran 90 años del fallecimiento del Piloto Luis Pardo Villalón, el marino chileno y destacado masón que quedó en la historia por su heroico rescate de los náufragos de la Expedición Imperial Transantártica liderada por Ernest Shackleton. Su vida y obra reflejan los valores de la fraternidad, el servicio desinteresado y el compromiso con el deber, principios fundamentales dentro de la masonería.


Pardo murió a los 52 años, el 21 de febrero de 1935, en el pensionado del entonces Hospital San Vicente de Paul, actual Hospital Clínico José Joaquín Aguirre, a causa de una bronconeumonía. A pesar de su trascendental hazaña, su fallecimiento pasó casi desapercibido en los medios de la época, aunque quienes lo conocieron destacaron su humildad y sentido del deber.

Un masón en los mares de Chile

Luis Pardo Villalón inició su camino en la masonería el 30 de octubre de 1911, a la edad de 28 años, al ser iniciado en la Logia “Independencia” N° 38. Sin embargo, debido a sus constantes viajes por los mares de Chile, no pudo asistir con regularidad a su Taller, motivo por el cual presentó su carta de retiro el 29 de noviembre de 1913.

Su compromiso con la fraternidad masónica no se detuvo allí. Tras su histórica expedición de rescate, apenas dos días después de atracar en Punta Arenas, Pardo formalizó su afiliación a la Logia “Estrella de Magallanes” N° 25, el 5 de septiembre de 1916. Este gesto simbolizó su fuerte vínculo con los valores masónicos de servicio y solidaridad, que marcaron tanto su vida como su legado.


El rescate que lo convirtió en leyenda

El nombre de Luis Pardo quedó grabado en la historia cuando, al mando de la escampavía "Yelcho", logró rescatar a los 22 tripulantes varados en la isla Elefante, en pleno paso Drake. Esta misión fue una verdadera hazaña, ya que los intentos previos de otras embarcaciones habían fracasado debido a las extremas condiciones climáticas y de hielo.


Antes de zarpar desde Punta Arenas, Pardo escribió una carta a su padre en la que expresaba su firme sentido del deber:

"Aunque la misión es difícil, arriesgada y llena de peligros, no he vacilado en aceptarla, entre otras consideraciones, porque es humanitaria (…) Si salgo avante, habré cumplido con mi deber, como hombre, como marino y como chileno. Esa sería mi gloria."

La "Yelcho" no tenía casco reforzado ni calefacción, lo que hacía el viaje extremadamente peligroso. Sin embargo, la determinación de Pardo y su férrea disciplina le permitieron culminar con éxito la misión, lo que le valió reconocimiento internacional.


Diplomático y hermano masón reconocido en Inglaterra

Tras retirarse de la Armada de Chile en 1919, el gobierno chileno lo designó en 1930 como cónsul adscrito en Liverpool, uno de los puertos más importantes de Europa. Su elección no fue casualidad: en Inglaterra, Pardo era considerado una figura célebre por su gesta en la Antártica. Durante su misión consular, fue visitado por antiguos amigos y varios de los náufragos británicos a quienes había rescatado en 1916.

Sin embargo, su estancia en Europa se vio empañada por la trágica muerte de su hijo, Ricardo Pardo Ruiz, oficial de la Fuerza Aérea de Chile, en un accidente en el aeródromo de Colina el 13 de septiembre de 1932. Esta pérdida irreparable afectó profundamente su vida y fue uno de los motivos de su regreso a Chile en 1934 junto a su esposa Laura Ruíz Gaspar.


Un héroe casi olvidado

Pardo falleció en la noche del 20 de febrero de 1935. Su deceso pasó desapercibido en la mayoría de los medios de comunicación de la época. Solo el diario La Nación dedicó algunas líneas en sus ediciones del 22 y 23 de febrero, mencionando su funeral en el Cementerio General de Santiago.

Durante la ceremonia, el Capitán de Alta Mar José Ollino Buzeta, compañero masón de la Logia “Pitágoras” N° 49 de San Antonio, pronunció un sentido discurso en su honor:

"El Piloto Pardo llenó de gloria y de renombre a Chile en el mundo entero y el ejemplo que nos deja el bravo comandante de la escampavía ‘Yelcho’, será el norte que dará fuerza y vigor a la juventud que actualmente sirve a la Marina Mercante chilena."

Un legado que trasciende el tiempo

Hoy, su figura es recordada con monumentos en el Territorio Chileno Antártico, donde la Armada de Chile mantiene su memoria viva. Sus restos descansan en el Cementerio General de Santiago, donde una inscripción perpetúa su legado:

"Aún para la posteridad quede el recuerdo

Grande e imperecedero de tu hazaña.

La sombra gloriosa de tu pequeña ‘Yelcho’

Y la audacia de tu mano valerosa

Son legados de honor que tú dejas

A las generaciones venideras.

Piloto Pardo, descansa en paz."